La niña herida

Ni todas las miradas del mundo me pueden ver..
Ni todas las esquinas de la existencia me harán doblar…

Ni todo el amor de los hombres puede calmar mi sed…


Pálpito herido, bombean soledades mutantes
Aquella
Ha parido la imprudencia del respiro,
Sollozando los ahoras,
Persiguiendo la proximidad de los años y su estancia
Aquella
Me urge y me apronta
Niña herida me guiña la inmediatez
En la hendidura trasvasijada; llama,
Gemido inoportuno, sonido sigiloso
Doliente como una puerta crujiendo a deshora
Los pasos se van hacia adentro
Voz silente aprieta huesos, helándolos
Explota la cabeza reventando memoria
Los presentes encarnados derraman puntos suspensivos
Cada bocanada que avanza
Un respiro mas hacia el gemido embravecido
Un liquido corre por los talones de la huida equilibrada
No hay espanto ni atajo que detenga mi camino
Tras los ojos volcados a los comienzos
La errante sangrante musita sobre las rodillas de una noche larga
Se diluyen en el aire oscuro y pegajoso
Las inclemencias, lo iracundo lo incauto de la razón
Gotea por los pies un delirio con sabor a muerte
Morir de instante y erguirse
Me yergo sobre el eco del sollozo primigenio
Sopla la vastedad de la mirada exacta
La precisión del espejo almaesido
Y en un uni-verso la herida se existencia.
Se acalla el grito en la mirada translucida.
Se lagrimea la respuesta que no ha de ser nunca pronunciada…
Y la palabra carcajea los secretos que la empapan.